"Los pueblos, lo mismo que los niños, necesitan de tiempo en tiempo algo así como correr mucho, reírse mucho y dar gritos y saltos. Es que en la vida no se puede hacer todo lo que se quiere, y lo que va quedando sin hacer sale así de tiempo en tiempo, como una locura."
José‚ Martí Pérez.
Quien no ha jugado en la vida, desde niños jugamos a
la casita, al topao, a los escondidos, la gallinita ciega, en fin, a disímiles
de ellos y sin saberlo a través de los juegos fuimos desarrollando capacidades
mediante una participación activa y afectiva transformándose el aprendizaje en
una experiencia feliz.
El juego es una actividad amena de recreación como
forma de actividad humana, posee un gran potencial emotivo y motivacional que
puede y debe ser utilizado con fines educativos; es una técnica participativa
de la enseñanza encaminado a desarrollar en los estudiantes métodos de
dirección y conducta correcta, estimulando así la disciplina con un adecuado
nivel de decisión y autodeterminación, es una actividad, naturalmente feliz,
que desarrolla integralmente la personalidad del hombre y en particular su
capacidad creadora.
Este influye directamente en los componentes estructurales:
intelectual-cognitivo, volitivo- conductual, afectivo-motivacional y las
aptitudes de sus jugadores.
El juego ha significado para el hombre una
estrategia de socialización, por ello podemos decir que es inherente al
desarrollo de la personalidad. Uno de los más practicados por los niños es el
"juego de roles" (Rolplay Game), este le permite adentrarse en otras
realidades y asimilar normas de conductas particulares de determinados grupos.
Así como interactuar con personajes reales y ficticios de determinadas regiones
o períodos históricos.
Jugar impulsa
el trabajo en equipo, el respeto a la opinión de los otros, la apertura al
otro, la crítica la autocrítica, la autodeterminación y el crecimiento personal
de los niños y adolescentes., Siempre que tenga una oportunidad, juegue
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