Al
fondo de una profunda bahía del oriente sur de la Isla de Cuba, a 900
kilómetros de La Habana, en una región de privilegio y preferencia por
sus bondades para la navegación y cercanía a República Dominicana, Diego
Velásquez de Cuellar funda la villa de Santiago de Cuba en el verano de
1515. Aunque en sus inicios no era más que una pequeña aglomeración de
edificaciones, recibió la condición de sede del Obispado de Cuba y el
título de ciudad desde 1522.
La primera población fundacional quedó asentada al fondo de la bahía, en un valle ondulado rodeado de un sistema de cordilleras que conforman un anfiteatro natural. Desde entonces paisaje y ciudad quedaron estrechamente ligados, reconociéndose siempre uno al otro tanto al desarrollarse el trazado como en la disposición de los espacios públicos y los modelos edificatorios.
Reconocida como la segunda ciudad de importancia en el país debido a su desarrollo económico, la “muy noble y muy leal ciudad”, como lo lleva escrito su escudo, ha sido bendecida con una riqueza patrimonial extraordinaria que la convierte en un lugar interesante de América Latina capaz de seducir y enamorar a sus visitantes.
Es la única localidad en el país y del resto del área de las Antillas que posee tres componentes del Patrimonio Mundial: la Fortaleza San Pedro de la Roca y el Sistema de Fortificaciones Coloniales de la Bahía, el Paisaje Arqueológico de las Primeras Plantaciones Cafetaleras del Sudeste de Cuba y, por último, la Tumba Francesa la Caridad de Oriente, considerada obra del conjunto oral e inmaterial de la humanidad.
Al encontrarse esta ciudad dentro de las primeras siete villas fundadas por los españoles, en este 2014 se prepara y embellece para celebrar los 500 años en el 2015; jolgorio que incluye los trabajos de conservación y restauración de los principales baluartes, entre ellos sus exponentes de la cultura mundial.
Fortaleza San Pedro de la Roca
Considerada una joya del Caribe fortificado y notable ejemplo de la escuela de la arquitectura militar hispanoamericana, el Castillo en sus espacios propicia variadas actividades culturales, entre ellas la ceremonia a la puesta del sol, un hermoso ritual diario con el que se despide al sol y se dispara un antiguo cañón con varias centurias de edad.
La fortaleza fue construida en 1638 por el ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli –el mismo involucrado en la fortificación de La Habana–, y junto a las de La Socapa y La Estrella, de menor tamaño, integraron el sistema defensivo de la villa ante los ataques navales.
El morro, como también se le conoce a la fortificación Patrimonio de la Humanidad desde 1997, posee características de dos estilos constructivos: el Medieval, que se observa en el espesor de los muros y la hermeticidad de los locales, y el Renacentista, muy visible en la simetría de los bloques de la fachada, el puente levadizo y el foso seco.
Ambas tipologías aportan visuales increíbles y muy atrayentes, que convierten al sitio en un paraíso de la fotografía, además de su ubicación estratégica: sobre un promontorio en la entrada de la bahía y la indescriptible unión del mar Caribe con la accidentada línea costera, y de fondo la abrupta cadena montañosa del oriente de Cuba.
En la actualidad, la Fortaleza San Pedro de la Roca es muy visitada por el turismo nacional e internacional, y atesora en su interior el Museo de la Piratería, que conserva piezas de gran importancia histórica, muestra de las aventuras y saqueos de los corsarios y piratas por el mar de las Antillas.
Paisaje Arqueológico de las Primeras Plantaciones Cafetaleras del Sudeste de Cuba
Situados al pie del macizo montañoso de la Sierra Maestra, donde se encuentra el Pico Turquino, la mayor elevación del área de las Antillas; se localizan las primeras plantaciones de café en el sudeste de Cuba, que datan del siglo XIX, un testimonio excepcional del uso de técnicas agrícolas en terrenos difíciles y vírgenes.
Constituyen, además, una fuente legítima y auténtica que aclara aspectos de la historia económica, social y tecnológica del Caribe y América Latina, reconocida con la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000.
A ese paisaje pertenece el cafetal La Isabelica, localizado a 24 kilómetros de la ciudad y muy cerca de la Gran Piedra, uno de los 180 ejemplos materiales que conserva la trascendencia de las migraciones de los colonos franceses y sus esclavos, que huyeron de la revolución de Haití y trajeron a Cuba conocimientos de ingeniería hidráulica, vial, arquitectónica, doméstica, funeraria y productiva.
Recorrer el sitio es aventurarse en un lugar testimonio único de una forma de explotación agrícola en un monte virgen, a la vez que se descubren huellas de la historia de la producción de café en el Sudeste de Cuba. Durante el siglo XIX y comienzos del XX tuvo como resultado la creación de un paisaje cultural único, ejemplificando una etapa significativa en el desarrollo de este sistema de agricultura.
Tumba Francesa la Caridad de Oriente
Declarada Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad en el año 2003, la Tumba Francesa “La Caridad del Oriente” es un espacio tradicional recreativo músico-danzario, que ha tenido distintas formas de manifestarse desde su origen en el siglo XVIII. Recrea la cultura que llegó a Cuba con los emigrados franco-haitianos.
Preservan los instrumentos musicales -algunos con más de cien años- bailes, toques y cantos de los ancestros, además de las costumbres culinarias, los estatutos y preceptos espirituales originarios.
Este símbolo genuino de los valores más arraigados de la identidad cubana mantiene su legado por más de 150 años al trasmitir sus saberes de generación en generación, cultivando las costumbres y saberes en un proceso de integración que conforma la diversidad cultural del oriente de Cuba.
Santiago de Cuba y su patrimonio
La provincia de Santiago de Cuba, considerada el territorio más caribeño del país, posee un total de 49 sitios o inmuebles edificados con la categoría de Monumento Nacional, con altos valores patrimoniales, de gran interés para visitantes nacionales o foráneos.
Algunos están asociados a importantes hitos artísticos, entre ellos el Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia, considerado un gran museo a cielo abierto, y la casa natal de José María Heredia, el primer poeta romántico de América.
Otros tienen gran importancia desde el punto de vista del turismo de naturaleza y el senderismo, como la Gran Piedra, en la reserva de la Biosfera Parque Baconao, y el Sitio Natural Pico Cristal.
A pesar de tanta riqueza, que convierte a Santiago de Cuba en un territorio con excepcionales valores y atractivos, actualmente especialistas de diferentes instituciones trabajan por incluir en la lista indicativa del Patrimonio Mundial otros dos sitios: el Centro Histórico de la urbe y el paisaje de El Cobre, excepcional área vinculada a la explotación esclava, la historia de la religión católica en Cuba y la extracción del cobre.
La primera población fundacional quedó asentada al fondo de la bahía, en un valle ondulado rodeado de un sistema de cordilleras que conforman un anfiteatro natural. Desde entonces paisaje y ciudad quedaron estrechamente ligados, reconociéndose siempre uno al otro tanto al desarrollarse el trazado como en la disposición de los espacios públicos y los modelos edificatorios.
Reconocida como la segunda ciudad de importancia en el país debido a su desarrollo económico, la “muy noble y muy leal ciudad”, como lo lleva escrito su escudo, ha sido bendecida con una riqueza patrimonial extraordinaria que la convierte en un lugar interesante de América Latina capaz de seducir y enamorar a sus visitantes.
Es la única localidad en el país y del resto del área de las Antillas que posee tres componentes del Patrimonio Mundial: la Fortaleza San Pedro de la Roca y el Sistema de Fortificaciones Coloniales de la Bahía, el Paisaje Arqueológico de las Primeras Plantaciones Cafetaleras del Sudeste de Cuba y, por último, la Tumba Francesa la Caridad de Oriente, considerada obra del conjunto oral e inmaterial de la humanidad.
Al encontrarse esta ciudad dentro de las primeras siete villas fundadas por los españoles, en este 2014 se prepara y embellece para celebrar los 500 años en el 2015; jolgorio que incluye los trabajos de conservación y restauración de los principales baluartes, entre ellos sus exponentes de la cultura mundial.
Fortaleza San Pedro de la Roca
Considerada una joya del Caribe fortificado y notable ejemplo de la escuela de la arquitectura militar hispanoamericana, el Castillo en sus espacios propicia variadas actividades culturales, entre ellas la ceremonia a la puesta del sol, un hermoso ritual diario con el que se despide al sol y se dispara un antiguo cañón con varias centurias de edad.
La fortaleza fue construida en 1638 por el ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli –el mismo involucrado en la fortificación de La Habana–, y junto a las de La Socapa y La Estrella, de menor tamaño, integraron el sistema defensivo de la villa ante los ataques navales.
El morro, como también se le conoce a la fortificación Patrimonio de la Humanidad desde 1997, posee características de dos estilos constructivos: el Medieval, que se observa en el espesor de los muros y la hermeticidad de los locales, y el Renacentista, muy visible en la simetría de los bloques de la fachada, el puente levadizo y el foso seco.
Ambas tipologías aportan visuales increíbles y muy atrayentes, que convierten al sitio en un paraíso de la fotografía, además de su ubicación estratégica: sobre un promontorio en la entrada de la bahía y la indescriptible unión del mar Caribe con la accidentada línea costera, y de fondo la abrupta cadena montañosa del oriente de Cuba.
En la actualidad, la Fortaleza San Pedro de la Roca es muy visitada por el turismo nacional e internacional, y atesora en su interior el Museo de la Piratería, que conserva piezas de gran importancia histórica, muestra de las aventuras y saqueos de los corsarios y piratas por el mar de las Antillas.
Paisaje Arqueológico de las Primeras Plantaciones Cafetaleras del Sudeste de Cuba
Situados al pie del macizo montañoso de la Sierra Maestra, donde se encuentra el Pico Turquino, la mayor elevación del área de las Antillas; se localizan las primeras plantaciones de café en el sudeste de Cuba, que datan del siglo XIX, un testimonio excepcional del uso de técnicas agrícolas en terrenos difíciles y vírgenes.
Constituyen, además, una fuente legítima y auténtica que aclara aspectos de la historia económica, social y tecnológica del Caribe y América Latina, reconocida con la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000.
A ese paisaje pertenece el cafetal La Isabelica, localizado a 24 kilómetros de la ciudad y muy cerca de la Gran Piedra, uno de los 180 ejemplos materiales que conserva la trascendencia de las migraciones de los colonos franceses y sus esclavos, que huyeron de la revolución de Haití y trajeron a Cuba conocimientos de ingeniería hidráulica, vial, arquitectónica, doméstica, funeraria y productiva.
Recorrer el sitio es aventurarse en un lugar testimonio único de una forma de explotación agrícola en un monte virgen, a la vez que se descubren huellas de la historia de la producción de café en el Sudeste de Cuba. Durante el siglo XIX y comienzos del XX tuvo como resultado la creación de un paisaje cultural único, ejemplificando una etapa significativa en el desarrollo de este sistema de agricultura.
Tumba Francesa la Caridad de Oriente
Declarada Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad en el año 2003, la Tumba Francesa “La Caridad del Oriente” es un espacio tradicional recreativo músico-danzario, que ha tenido distintas formas de manifestarse desde su origen en el siglo XVIII. Recrea la cultura que llegó a Cuba con los emigrados franco-haitianos.
Preservan los instrumentos musicales -algunos con más de cien años- bailes, toques y cantos de los ancestros, además de las costumbres culinarias, los estatutos y preceptos espirituales originarios.
Este símbolo genuino de los valores más arraigados de la identidad cubana mantiene su legado por más de 150 años al trasmitir sus saberes de generación en generación, cultivando las costumbres y saberes en un proceso de integración que conforma la diversidad cultural del oriente de Cuba.
Santiago de Cuba y su patrimonio
La provincia de Santiago de Cuba, considerada el territorio más caribeño del país, posee un total de 49 sitios o inmuebles edificados con la categoría de Monumento Nacional, con altos valores patrimoniales, de gran interés para visitantes nacionales o foráneos.
Algunos están asociados a importantes hitos artísticos, entre ellos el Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia, considerado un gran museo a cielo abierto, y la casa natal de José María Heredia, el primer poeta romántico de América.
Otros tienen gran importancia desde el punto de vista del turismo de naturaleza y el senderismo, como la Gran Piedra, en la reserva de la Biosfera Parque Baconao, y el Sitio Natural Pico Cristal.
A pesar de tanta riqueza, que convierte a Santiago de Cuba en un territorio con excepcionales valores y atractivos, actualmente especialistas de diferentes instituciones trabajan por incluir en la lista indicativa del Patrimonio Mundial otros dos sitios: el Centro Histórico de la urbe y el paisaje de El Cobre, excepcional área vinculada a la explotación esclava, la historia de la religión católica en Cuba y la extracción del cobre.
http://panamericanworld.com/es/articulo/santiago-de-cuba-ciudad-patrimonial
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