Todos los niños tienen a un Idolo, y el mio además
de Fidel era Juan Almeida. Para mí el era como mi abuelo, su fisonomía se
parecía bastante a la de mi propio pariente y pues siempre los quise a los dos
como tal.
Para mi Juan Almeida es uno de esos hombres
excepcionales que
desde las privaciones de su cuna humilde,
en el reparto Los Pinos de La
Habana, creció y se formó con los más altos valores de un
hijo que desea y lucha por ver su patria libre.
El día de su sepelio, la ciudad de santiago de Cuba
entera estaba de luto, fue algo tan impresionante para mi, sentí como si
hubiese fallecido mi abuelo en verdad y me acerqué a la avenida a ver pasar su
cortejo fúnebre, pero fui con gran tristeza en el alma, casi la misma que sentí
al saber la noticia de que el Comandante Chavéz había fallecido.
Lo seguiré recordando porque Su legado va más allá
de la lucha revolucionaria pues incursionó en el arte como escritor y como
compositor musical. Además compuso más de trescientas canciones de las cuales
se han hecho varias producciones discográficas, dos de sus canciones más
populares son La Lupe
y Dame un traguito.
Ahora en mi ciudad me han hecho un regalo, me lo
tomo personal porque me ha gustado mucho y es que han emplazado una escultura
de Juan Almeida en Santiago de Cuba, en la fachada del Teatro Heredia.
El escultor Enrique Avila, creador de la obra,
resaltó su coherencia con los valores del entorno, donde se yergue muy cerca la
figura impresionante de otro titán, el Lugarteniente General del Ejército
Libertador, Antonio Maceo.
Avila, autor también de las piezas consagradas a
Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos en la Plaza de la Revolución José
Martí, de La Habana,
precisó que la tecnología utilizada para la iluminación resulta ahorrativa y de
una proyección homogénea.
Con unos 32 metros de altura y poco más de 19 metros de ancho, la
escultura pesa alrededor de 16 toneladas y desde los comienzos de su
emplazamiento, apenas meses atrás, ha llamado la atención de lugareños y
visitantes por sus dimensiones y majestuosidad.
En el conjunto prevalecerá la frase de Almeida Aquí
no se rinde nadie, antológica en la historia de rebeldías y resistencia de los
cubanos e inspiración para la continuidad de las actuales transformaciones
emprendidas por la
Revolución.
El homenaje al legendario comandante se inserta en
las celebraciones por los 60 años del asalto al cuartel Moncada, del cual fue
partícipe el 26 de julio de 1953 bajo las órdenes de Fidel Castro y junto a
otros jóvenes revolucionarios.
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