Así comienza una canción infantil cubana en la cual un niño cubano le pregunta a una serie de elementos como a la gotica de lluvia que a donde se dirigen y al final a el le preguntan q es lo que piensa hacer y su respuesta es nada más y nada menos que un mundo más justo al mundo de ayer.
Yo era uno de esos niñitos cubanos que se preguntaba que iba a hacer con mi vida cuando creciera, quería saber que iba a pasar con todo, estábamos en medio de un periodo especial, oía de leyes como la Torricelli y la Helms Burton, del bloqueo, entendía poco y temía por Fidel, temía que le ocurriese algo.
Pasaba el tiempo y las cosas iban mejorando, empecé la secundaria y me di cuenta de las cosas y comencé a centrarme en lo que querría ser. Un poco joven todavía no, pero con la mente bien clara con respecto a mis ideales.
Crecí, pasé al preuniversitario, la universidad y nada, aun me siento aquella niñita cubana que a través del tiempo se dio cuenta de lo que quería ser.
Al celebrarse el Día Internacional de la Infancia el pasado 1ro de Junio me pusé a pensar en todos aquellos niñitos cubanos que como yo hoy piensan en su futuro como niños cubanos. Niñitos que como yo están sufriendo las necesidades del bloqueo pero que sin embargo se imponen y defienden la libertad y su derecho a ser feliz y sonreírle a la vida.
Estos niños en su mayoría no tendrán juguetes de lujo ni regalos exuberantes pero no necesitan prostituirse, ni exhibirse en filmes pornográficos ni son secuestrados ni engañados para traficar sus órganos ni son parte de medio millón de niños que prestan servicios en fuerzas armadas que al presente no están en guerra.
Les aseguro que si les preguntan a cualquier niñito cubano que piensa hacer de seguro que además de un mundo más justo que el de ayer le añadirán ecologista, científico, bloguero, ajajajaj, pero siempre será un niñito cubano como yo que me aún me siento como cualquiera de esos pequeñines.
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