jueves, 25 de julio de 2013

Santiago de Cuba, renovada villa a sus 498 años




Los santiagueros celebran hoy los festejos por el aniversario 498 de esta ciudad, fundada como villa por el Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar, en el verano de 1515.  

Para celebrar el acontecimiento el pueblo santiaguero ha trabajado duro, la Cuna de la Revolución exhibe plena incontables obras de beneficio social, hoy, muy cerca de sus cinco siglos es una ciudad embellecida con un patrimonio mejor preservado.


Aprovechando las facilidades defensivas de terrazas escalonadas desde el nivel del mar y su magnífica bahía, el osado español decidió asentarse en esta plaza, en un inmueble del cual se dice es el más antiguo de la Isla y probablemente de América.

Cuentan que peninsulares e indios participaron en su construcción de estilo morisco, con materiales como piedra, cal, ladrillo, arena y madera. En su primera planta radicó la Casa de Contratación y Fundición de la Corona y en la superior vivió el audaz conquistador, quien murió en esta villa en 1524.

Según historiadores, cartas enviadas por Velázquez a los reyes de España en 1519, dieron cuenta en tan temprana fecha de la existencia del inmueble y de la fundición de oro en el local. Esta última función fue corroborada al encontrarse restos de un horno durante la restauración de la residencia.
El rescate y reconstrucción de la edificación colonial, con toda la rigurosidad científica, estuvo a cargo del profesor Francisco Prat Puig, quien inició esas labores en 1965 y las concluyó en 1970, cuando fue inaugurado en la instalación el Museo Diego Velázquez primero, y años después el de Ambiente Histórico Cubano.

Como elementos originales mantiene el techo de alfarjes decorados, considerado único en la ciudad por su trabajo preciosista, algunas puertas y paredes, pinturas en éstas últimas y el horno de fundición.

Su apertura como museo tuvo el fin de conservar el ambiente colonial de la vivienda cubana, pues en el recinto se exponen como testigos de la cultura material, muebles y objetos utilitarios y decorativos que datan de los siglos XVI al XIX.

Las huellas de Diego Velázquez también se hallan en esta urbe oriental en el Balcón que lleva su nombre, a pocos pasos de la que fuera su morada. Del sitio con vista al mar, se dice que desde allí acostumbraba a ver la partida de embarcaciones a la conquista de otras tierras.

De él también se asegura que pidió descansar en esta ciudad cubana y que sus restos fueran enterrados en la Catedral, lo cual no ha podido confirmarse pues el recinto religioso sufrió durante varios siglos los embates del tiempo, ataques de corsarios y piratas, terremotos y huracanes.

El nombre de Velázquez está presente en el cumpleaños 498 de la fundación de la villa, a festejarse el 25 de julio.  Sin dudas se le reconoce como la personalidad que marcó ese suceso histórico.  

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